Jesucristo, predicando en la tierra, se llamaba directamente a sí mismo el hijo de Dios, lo que causaba enojo entre los judíos que lo escuchaban porque para ellos era una blasfemia y significaba que él se llamaba a sí mismo Dios, ya que está claro que el Hijo de Dios debe ser dios. Si eres hijo de Dios, significa que Dios te concibió, y Dios solo puede concebir a un dios, puede crear al hombre o el pez o el cocodrilo, pero concebir solamente al dios y a nadie más.
Juan 10:33 —No te apedreamos por ninguna buena acción, ¡sino por blasfemia! —contestaron—. Tú, un hombre común y corriente, afirmas ser Dios.
34 Jesús respondió:
—En sus propias Escrituras está registrado que Dios les dijo a ciertos líderes del pueblo: “Yo digo que ustedes son dioses”.
35 Y ustedes bien saben que las Escrituras no pueden ser modificadas. Así que, si a las personas que recibieron el mensaje de Dios se les llamó “dioses”,
36 ¿por qué ustedes me acusan de blasfemar cuando digo: “Soy el Hijo de Dios”? Después de todo, el Padre me separó y me envió al mundo.
Jesús, para confirmar su razón, resaca al Salmo 82 versículo 6 Yo les he dicho: “ustedes son dioses e hijos del Altísimo” y les dice a los judíos que si Dios mismo llama personalmente a sus hijos o a aquellos a quienes él concibió como dioses, y las Escrituras no pueden ser cambiadas, eso significa que esto es cierto y que los hijos del Altísimo no son solo humanos sino dioses, porque Dios mismo los llama así en su palabra.