Jesucristo, predicando en la tierra, se llamaba directamente a sí mismo el hijo de Dios, lo que causaba enojo entre los judíos que lo escuchaban porque para ellos era una blasfemia y significaba que él se llamaba a sí mismo Dios, ya que está claro que el Hijo de Dios debe ser dios. Si eres hijo de Dios, significa que Dios te concibió, y Dios solo puede concebir a un dios, puede crear al hombre o el pez o el cocodrilo, pero concebir solamente al dios y a nadie más.
Juan 10:33 —No te apedreamos por ninguna buena acción, ¡sino por blasfemia! —contestaron—. Tú, un hombre común y corriente, afirmas ser Dios.
34 Jesús respondió:
—En sus propias Escrituras está registrado que Dios les dijo a ciertos líderes del pueblo: “Yo digo que ustedes son dioses”.
35 Y ustedes bien saben que las Escrituras no pueden ser modificadas. Así que, si a las personas que recibieron el mensaje de Dios se les llamó “dioses”,
36 ¿por qué ustedes me acusan de blasfemar cuando digo: “Soy el Hijo de Dios”? Después de todo, el Padre me separó y me envió al mundo.
Jesús, para confirmar su razón, resaca al Salmo 82 versículo 6 Yo les he dicho: “ustedes son dioses e hijos del Altísimo” y les dice a los judíos que si Dios mismo llama personalmente a sus hijos o a aquellos a quienes él concibió como dioses, y las Escrituras no pueden ser cambiadas, eso significa que esto es cierto y que los hijos del Altísimo no son solo humanos sino dioses, porque Dios mismo los llama así en su palabra.
Salmo 82:1 Dios se levanta en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga.
2 ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente y haréis acepción de personas con los impíos?
3 Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso,
4 librad al afligido y al necesitado; ¡libradlo de manos de los impíos!
5 No saben, no entienden, andan en tinieblas; tiemblan todos los cimientos de la tierra.
6 Yo dije: «Vosotros sois dioses y todos vosotros hijos del Altísimo;
7 pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis.»
8 ¡Levántate, Dios, juzga la tierra, porque tú heredarás todas las naciones!
El Hijo de Dios está determinado por cómo vive y qué obras hace, porque Dios mismo siempre actúa mismo a través de su hijo, por su Espíritu.
Si una persona se llama a sí mismo un hijo de Dios, pero no hace obras similares a las de Dios, entonces no se puede confiar en esa persona.
Pero si una persona hace las cosas igual que Dios, significa que Dios actúa a través de él y esa persona es realmente nacida de Dios.
El nacido de Dios es semejante al Padre o Dios por su naturaleza o Espíritu y, por lo tanto, se parece a su Padre y sus obras son las mismas que las del Padre.
Juan 10:36 ¿por qué ustedes me acusan de blasfemar cuando digo: “Soy el Hijo de Dios”? Después de todo, el Padre me separó y me envió al mundo.
37 No me crean a menos que lleve a cabo las obras de mi Padre;
38 pero si hago su trabajo, entonces crean en las obras milagrosas que he hecho aunque no me crean a mí. Entonces sabrán y entenderán que el Padre está en mí y yo estoy en el Padre.
"El Padre está en mí y yo estoy en el Padre" son las razones de las obras, igual como la unidad del Espíritu da origen a las mismas acciones.
Juan 10:32 Jesús dijo:
—Bajo la dirección de mi Padre, he realizado muchas buenas acciones. ¿Por cuál de todas ellas me van a apedrear?
Juan 14:10 ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí.
11 Solo crean que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; o al menos crean por las obras que me han visto hacer.
Dios, en su naturaleza, es amor, y por lo tanto, las obras que él hace están hechas por amor a los hombres. Es lo mismo con Cristo, como él estaba unido con el Padre o estaba en el Padre y tiene un Espíritu con Él, y sus obras fueron hechas por el amor a los hombres.
1 Juan 4:16. Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor.Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos.
1 Juan 4:7 Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios.
Los apóstoles hablan mucho sobre el amor al prójimo y enseñan a los creyentes a mostrar amor porque es una señal de que son movidos por el Espíritu de Dios y permanecen en Dios y se conectan a Él, ya que Jesús se conectaba con el Padre y hacia sus obras.
1Corintios 6:17 Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con él.
Si tu eres un Espíritu con el Señor, entonces eres semejante a él en la naturaleza interna y tus obras son similares a las obras que Dios hace y manifiestas los mismos frutos que el Espíritu Santo de Dios tiene porque el mismo Dios y el nacido de él tienen mismo espíritu.
Galatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza.
Como Jesús nació del Espíritu, de esta misma manera el que crea en Jesucristo como el Señor y Salvador nace del Espíritu, y Dios, a través de su Espíritu, entra en su corazón y le da su esencia y naturaleza.
Juan 13:34 Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros.
35 El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos».
Solo por la presencia del amor se puede determinar si una persona es un discípulo de Jesucristo o simplemente pretende ser su seguidor y discípulo.
La primera iglesia en la práctica hacía las obras de amor cuidando las necesidades de los miembros pobres de la iglesia.
Hechos 2:44 Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían.
45 Vendían sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad.
Hechos 4:32 Todos los creyentes estaban unidos de corazón y en espíritu. Consideraban que sus posesiones no eran propias, así que compartían todo lo que tenían.
33 Los apóstoles daban testimonio con poder de la resurrección del Señor Jesús y la gran bendición de Dios estaba sobre todos ellos.
34 No había necesitados entre ellos, porque los que tenían terrenos o casas los vendían
35 y llevaban el dinero a los apóstoles para que ellos lo dieran a los que pasaban necesidad.
36 Por ejemplo, había un tal José, a quien los apóstoles le pusieron el sobrenombre Bernabé (que significa «hijo de ánimo»). Él pertenecía a la tribu de Leví y era oriundo de la isla de Chipre.
37 Vendió un campo que tenía y llevó el dinero a los apóstoles.
1 Juan 3:16. Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entregó su vida por nosotros. De manera que nosotros también tenemos que dar la vida por nuestros hermanos.
17 Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona?
…...
23 Y su mandamiento es el siguiente: debemos creer en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y amarnos unos a otros, así como él nos lo ordenó.
Puedes determinar si estás actuando por amor o no por las señales que el amor tiene, todas estas características están en la escritura.
1Corintios 13:4 El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso
5 ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas.
6 No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa.
7 El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
Si tienes paciencia con los defectos de los demás, entonces los amas.
Si muestras misericordia y cuidas a los demás, entonces los amas.
Si no tienes envidia, entonces este es una señal que amas a los demás.
Si no eres jactancioso con los demás, esta es una señal de amor que tienes hacia ellos.
Si no eres orgulloso, también es una señal de amor.
Si te mantienes firme por la verdad de Dios, eso es es una señal de amor también, etcétera.
Dios es amor y la persona que camina en el amor está unida con Dios y tienen el mismo Espíritu cual produce sus frutos que deben ser visibles en el carácter de la persona; solo en este caso se puede afirmar que esta persona es nacida de Dios y unida con Dios y es hijo de Dios. Él que no tiene el Espíritu de Dios y no tiene señales de la manifestación del Espíritu, no pertenece a Dios y no importa cómo “se etiqueta”, ni como se llame: el cristiano, el hijo de Dios, el santo, o incluso el más santo.
2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Galatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza.
Dios se encarnó en su Hijo Jesucristo y, a través del sacrificio de Cristo, Dios se encarnó en los miles de millones de personas que creen en Cristo, haciéndolos sus hijos. La Iglesia de Dios es el cuerpo de Jesucristo y cada vez más y más nuevos creyentes se unen a él constantemente y, por lo tanto, el Reino de Dios crece y se expande en la Tierra y Dios se encarna en personas nuevas y los llenan con su Espíritu.
Juan 17:21 Para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
23 Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
La verdad principal que trajo Jesucristo es que una persona puede regresar con Dios y unirse con el: " Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad".
La Biblia también describe la iglesia la ramera que existe en nuestro tiempo y nace del diablo y su espíritu se esconde detrás del nombre de Dios y Cristo y da sus obras por las obras de Dios engañando a la gente, parasitando por su cuenta para multiplicar su riqueza y vivir de acuerdo con los principios y el espíritu del mundo pecaminoso, incluso hace las obras benéficas para enriquecerse y se opone a los profetas de Dios, incluso los mata.
Apocalipsis 17: 1 Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo, diciendo: «Ven acá y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas.
2 Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación».
3 Me llevó en el Espíritu al desierto, y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación.
5 En su frente tenía un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.»
6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires de Jesús.Cuando la vi quedé asombrado con gran asombro.
Apocalipsis 18: 3 porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación. Los reyes de la tierra han fornicado con ellay los mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensuales.»
4 Y oí otra voz del cielo, que decía: «¡Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!,
5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades.
6 Dadle a ella tal como ella os ha dado y pagadle el doble según sus obras.
En el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle el doble a ella.
7 Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites,
tanto dadle de tormento y llanto, porque dice en su corazón: “Yo estoy sentada como una reina, no soy viuda y no veré llanto.”»
8 Por lo cual, en un solo día vendrán sus plagas: muerte, llanto y hambre,
y será quemada con fuego, porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.
Los hijos de Dios y los hijos del diablo o la iglesia y la iglesia ramera, según la enseñanza de Jesucristo, están determinados por los frutos que dan origen al espíritu que los hombres tienen adentro.
1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Mateo 7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que por sus frutos los conoceréis.
Adán fue un hombre creado y no nació de Dios, y está escrito sobre él y sus descendientes que su estado era inferior incluso al nivel de los ángeles.
Salmo 8:4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5 Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Hebreos 2: 6 Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que lo visites?
7 Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra y lo pusiste sobre las obras de tus manos.
Pero Jesucristo, o como lo llaman las Escrituras, el segundo Adán ya es el Señor que vino del cielo y no fue creado del polvo y su nivel supera el nivel de los ángeles.
1Corintios 15:47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
48 Conforme al terrenal, así serán los terrenales; y conforme al celestial, así serán los celestiales.
49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Todos los descendientes de Adán traían la naturaleza de Adán y todos los que se unieron con el Señor en un solo Espíritu ahora traen la naturaleza del Señor y, aunque viven en la Tierra en este momento, tienen un cuerpo perecedero y su alma, es decir, sus pensamientos y emociones no son perfectos, pero Dios les dará un cuerpo nuevo e imperecedero. y su alma será transformada por Dios. Serán seres espirituales en los cuales el Espíritu de Dios gobierna y son guiados por el Espíritu y no por el alma.
1 Cor. 15:42 Así también sucede con la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.
44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal y hay cuerpo espiritual.
45 Así también está escrito: «Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente»; el postrer Adán, espíritu que da vida.
46 Pero lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Tendrán toda la semejanza al Señor Jesucristo, y se puede ver cómo será el cuerpo imperecedero que tendrán los hijos de Dios.
Apocalipsis 1:15 Sus pies eran semejantes al bronce pulido, refulgente como en un horno, y su voz como el estruendo de muchas aguas.
16 En su diestra tenía siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece con toda su fuerza.
Los hijos de Dios serán exactamente como Jesucristo y serán dioses y señores con su naturaleza y serán iguales a Dios porque son sus hermanos.
Ellos recibirán la gran herencia que el Padre Dios les prometió como Sus hijos.
Hebreos 2: 5 Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos, hablando.
6 Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que lo visites?
7 Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra y lo pusiste sobre las obras de tus manos.
8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.» En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto, aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
En este momento, no toda la creación es sujetada a los hijos de Dios, pero Dios les da todo el universo, ya que el universo también es lo que Dios creó. " lo pusiste sobre las obras de tus manos. 8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.” En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto.
En el cielo, en el Reino de Dios, no hay división en las confesiones, solo existe la familia de Dios o los hijos a quienes Dios engendró y ellos traen la gloria de Su Padre y allí Dios está todo en todo y no hay separación ni hostilidad.
Efesios 2:10 pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Puedes determinar si estás actuando por amor o no por las señales que el amor tiene, todas estas características están en la escritura.
1Corintios 13:4 El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso
5 ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas.
6 No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa.
7 El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
Si tienes paciencia con los defectos de los demás, entonces los amas.
Si muestras misericordia y cuidas a los demás, entonces los amas.
Si no tienes envidia, entonces este es una señal que amas a los demás.
Si no eres jactancioso con los demás, esta es una señal de amor que tienes hacia ellos.
Si no eres orgulloso, también es una señal de amor.
Si te mantienes firme por la verdad de Dios, eso es es una señal de amor también, etcétera.
Dios es amor y la persona que camina en el amor está unida con Dios y tienen el mismo Espíritu cual produce sus frutos que deben ser visibles en el carácter de la persona; solo en este caso se puede afirmar que esta persona es nacida de Dios y unida con Dios y es hijo de Dios. Él que no tiene el Espíritu de Dios y no tiene señales de la manifestación del Espíritu, no pertenece a Dios y no importa cómo “se etiqueta”, ni como se llame: el cristiano, el hijo de Dios, el santo, o incluso el más santo.
2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Galatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza.
Dios se encarnó en su Hijo Jesucristo y, a través del sacrificio de Cristo, Dios se encarnó en los miles de millones de personas que creen en Cristo, haciéndolos sus hijos. La Iglesia de Dios es el cuerpo de Jesucristo y cada vez más y más nuevos creyentes se unen a él constantemente y, por lo tanto, el Reino de Dios crece y se expande en la Tierra y Dios se encarna en personas nuevas y los llenan con su Espíritu.
Juan 17:21 Para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
23 Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
La verdad principal que trajo Jesucristo es que una persona puede regresar con Dios y unirse con el: " Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad".
La Biblia también describe la iglesia la ramera que existe en nuestro tiempo y nace del diablo y su espíritu se esconde detrás del nombre de Dios y Cristo y da sus obras por las obras de Dios engañando a la gente, parasitando por su cuenta para multiplicar su riqueza y vivir de acuerdo con los principios y el espíritu del mundo pecaminoso, incluso hace las obras benéficas para enriquecerse y se opone a los profetas de Dios, incluso los mata.
Apocalipsis 17: 1 Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo, diciendo: «Ven acá y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas.
2 Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación».
3 Me llevó en el Espíritu al desierto, y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación.
5 En su frente tenía un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.»
6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires de Jesús.Cuando la vi quedé asombrado con gran asombro.
Apocalipsis 18: 3 porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación. Los reyes de la tierra han fornicado con ellay los mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensuales.»
4 Y oí otra voz del cielo, que decía: «¡Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!,
5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades.
6 Dadle a ella tal como ella os ha dado y pagadle el doble según sus obras.
En el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle el doble a ella.
7 Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites,
tanto dadle de tormento y llanto, porque dice en su corazón: “Yo estoy sentada como una reina, no soy viuda y no veré llanto.”»
8 Por lo cual, en un solo día vendrán sus plagas: muerte, llanto y hambre,
y será quemada con fuego, porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.
Los hijos de Dios y los hijos del diablo o la iglesia y la iglesia ramera, según la enseñanza de Jesucristo, están determinados por los frutos que dan origen al espíritu que los hombres tienen adentro.
1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Mateo 7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que por sus frutos los conoceréis.
Adán fue un hombre creado y no nació de Dios, y está escrito sobre él y sus descendientes que su estado era inferior incluso al nivel de los ángeles.
Salmo 8:4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5 Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Hebreos 2: 6 Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que lo visites?
7 Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra y lo pusiste sobre las obras de tus manos.
Pero Jesucristo, o como lo llaman las Escrituras, el segundo Adán ya es el Señor que vino del cielo y no fue creado del polvo y su nivel supera el nivel de los ángeles.
1Corintios 15:47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
48 Conforme al terrenal, así serán los terrenales; y conforme al celestial, así serán los celestiales.
49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Todos los descendientes de Adán traían la naturaleza de Adán y todos los que se unieron con el Señor en un solo Espíritu ahora traen la naturaleza del Señor y, aunque viven en la Tierra en este momento, tienen un cuerpo perecedero y su alma, es decir, sus pensamientos y emociones no son perfectos, pero Dios les dará un cuerpo nuevo e imperecedero. y su alma será transformada por Dios. Serán seres espirituales en los cuales el Espíritu de Dios gobierna y son guiados por el Espíritu y no por el alma.
1 Cor. 15:42 Así también sucede con la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.
44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal y hay cuerpo espiritual.
45 Así también está escrito: «Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente»; el postrer Adán, espíritu que da vida.
46 Pero lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Tendrán toda la semejanza al Señor Jesucristo, y se puede ver cómo será el cuerpo imperecedero que tendrán los hijos de Dios.
Apocalipsis 1:15 Sus pies eran semejantes al bronce pulido, refulgente como en un horno, y su voz como el estruendo de muchas aguas.
16 En su diestra tenía siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece con toda su fuerza.
Los hijos de Dios serán exactamente como Jesucristo y serán dioses y señores con su naturaleza y serán iguales a Dios porque son sus hermanos.
Ellos recibirán la gran herencia que el Padre Dios les prometió como Sus hijos.
Hebreos 2: 5 Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos, hablando.
6 Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que lo visites?
7 Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra y lo pusiste sobre las obras de tus manos.
8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.» En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto, aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
En este momento, no toda la creación es sujetada a los hijos de Dios, pero Dios les da todo el universo, ya que el universo también es lo que Dios creó. " lo pusiste sobre las obras de tus manos. 8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.” En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto.
En el cielo, en el Reino de Dios, no hay división en las confesiones, solo existe la familia de Dios o los hijos a quienes Dios engendró y ellos traen la gloria de Su Padre y allí Dios está todo en todo y no hay separación ni hostilidad.
Efesios 2:10 pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
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